martes, 18 de septiembre de 2007

Cosas de dedos...

Un disfraz muy económico.

Llega un tipo a una tienda de disfraces y pide el mejor disfraz. El dueño de la tienda, todo emocionado, le ofrece el disfraz de Batman. Todo negro brillante, músculos por todos lados, una maravilla…
- “¿Cuánto cuesta?”, dice el cliente…
- “Sólo 300 dolares, una ganga“.
Al hombre se le hace caro y le comenta que estaba pensando en algo un poco más económico.
- “Vamos a ver, tenemos el de su compañero Robin. No es lo mismo, pero es de lo mejor que tenemos: 200 doares“, le ofrece el propietario del negocio.
- “Mire señor, ¿No tiene algo todavía MÁS económico?”
El dueño, algo desesperado, ya le pregunta:
- “Vamos a ver, ¿cuánto dinero trae?. Así lo tendré más fácil para buscarle traje”
- “Traigo 5 dolares“.
- “Cinco Euros… Está bien, veamos, un disfraz de 5 dolares que le venga a usted bien… Aunque no lo crea, ¡lo encontré!”. Y le acerca una maraca al sorprendido cliente.
- “¡¿Una maraca?!, y ¿de qué me puedo yo vestir con una maraca?”
- “Es muy sencillo, se mete la maraca por el culo y ya está: ¡es una serpiente de cascabel!“

Recuerda que!!!

Una de taxistas...

Pero, asi cualquiera aguanta...

Este era un concurso de latigazos, y eran muchos los participantes, las reglas: El que grita pierde, y así se inicia el concurso, se presentan muchos muy fuertes y fornidos, muchos llegan a los 20, otros pocos a los 30, antes de gritar "ya, ya, ya, por favor" entre todos sale un chavo muy delgado y débil y se decide a concursar, lo amarran y empiezan uno, dos, y así llegan a los 20 latigazos, y la gente se emociona, llegan a los 30 y la gente empieza a contar 31, 32, 33, mientras el joven con lágrimas en los ojos resiste y la multitud lo ovaciona:
¡Chiquiti-bun ala vin-von-va, el mudo, el mudo ra ra ra!

La Historia de un Feo.

Voy a contarles mi historia, no es una historia de amor ni tiene un final
feliz, pero es la única que tengo por haber nacido así, feo, muy feo.

Cuando nací, el doctor fue a la sala de espera y le dijo a mi padre, "hicimos lo
que pudimos, pero salió".

Mi mamá no sabía si quedarse conmigo o con la placenta.

Como era prematuro me metieron en una incubadora, con vidrios polarizados.

Mi madre nunca me dio el pecho porque decía que sólo me quería como amigo. Así que en vez de darme el pecho, me daba la espalda.

Es por eso que debo haber quedado petiso, tan petiso que en lugar de ser enano, soy profundo. De chico iba por los cuarteles para que me gritaran:
¡Alto! ¡Alto!

Yo siempre fui muy peludo. A mi madre siempre le preguntaban:
Señora, a su hijo, ¿Lo parió o lo tejió?

Mi padre llevaba en su cartera la foto del niño que ya venía en la cartera
cuando la compró.

Una vez me perdí, le pregunté al policía si creía que íbamos a encontrar a mis
padres y me contesto:
No lo sé, hay un montón de lugares donde se pudieron haber escondido.

Y para colmo era muy flaco, tan flaco que un día metí los dedos en el enchufe y
la electricidad erró la patada.

Era realmente flaco, para hacer sombra tenía que pasar dos veces por el mismo
lugar.

Pero mi problema no era ser tan flaco sino ser FEO.
Mis padres tenían que atarme un trozo de carne al cuello para que el perro jugara conmigo.

Sí amigos, yo soy FEO, tan FEO que una vez me atropelló un auto y quedé mejor.

Cuando me secuestraron, los secuestradores mandaron un dedo mío a mis padres
para pedir recompensa. Mi padre les contestó que quería más pruebas.

Yo creo que no pagaron el rescate porque en casa éramos muy pobres, pero eso sí, a pesar de nuestra situación económica, somos muy honrados. Mi padre era tan honrado que un día encontró trabajo, y lo devolvió.

Por eso tuve que trabajar desde chico. Trabajé en una tienda de animales y la gente no paraba de preguntarme cuánto costaba yo.

Un día llamó una chica a mi casa diciéndome, "Ven a mi casa que no hay nadie", cuando llegué no había nadie.

A mi mujer le gusta mucho hablar conmigo después del sexo. El otro día me llamó
a casa desde un motel.

El psiquiatra me dijo un día que yo estaba loco. Yo le dije que quería escuchar una segunda opinión. De acuerdo, además de loco es usted muy feo, me dijo.

Una vez cuando me iba a suicidar tirándome desde la azotea de un edificio de 50
pisos, mandaron a un cura a darme unas palabras de aliento. Sus palabras fueron:
¡En sus marcas, listos!

El último deseo de mi padre antes de morir era que me sentara en sus piernas. Lo habían condenado a la silla eléctrica.

Examen a Jaimito

La profesora interviene en una discusión entre dos alumnos:
Jaimito, ¿cuál es el problema?
Es que soy demasiado inteligente para estar en el primer grado.
Mi hermana está en tercero y yo soy más inteligente que ella. ¡Yo quiero ir para el tercero también! La profesora ve que no puede resolver el problema y lo manda para la dirección.
Mientras Jaimito esperaba en la antesala, la profesora le explica la situación al director. Éste le promete hacerle un test al muchacho, que seguro no conseguirá responder a todas las preguntas, y así accederá a continuar en el primer grado.
Ya de acuerdo ambos, hacen pasar al alumno y le hacen la propuesta del test que él acepta.
Inicia entonces las preguntas el Director: A ver Jaimito, ¿Cuánto es 3 por 3? -"9"-.
¿Y cuánto es 6 veces 6? -"36"-.
El director continúa por casi una hora, con la batería de preguntas que sólo un excelente alumno de tercer grado debe conocer y Jaimito no comete ningún error.
Ante la evidente inteligencia del menor, el Director dice a la profesora:
Creo que tendremos que pasarlo al tercer grado. La profesora no muy segura, pregunta: - ¿Puedo hacerle yo unas preguntas también? El director y Jaimito asienten.
Inicia entonces la profesora:
¿Qué tiene la vaca 4 y yo sólo dos?
Las piernas, responde Jaimito sin dudar...
¿Qué tienes en tus pantalones, que no hay en los míos?
El director se ajusta los lentes, y se prepara para interrumpir...
Los bolsillos, responde el niño.
¿Qué entra al centro de las mujeres y solo detrás del "hombre"?
Estupefacto, el director contiene la respiración...
La letra "E", responde el alumno.
¿Y dónde las mujeres tienen el pelo más crespo?
El director hace una mueca de asombro
En África, responde Jaimito sin dudar.
¿Qué es blando, y en las manos de una mujer se torna duro?
Al director se le cruzan los ojos.
El esmalte de uñas, profe... contesta Jaimito.
¿Qué tienen las mujeres en medio de las piernas?
El Director no lo puede creer...
Las rodillas, responde Jaimito al instante.
¿Y qué tiene una mujer casada más ancha que una soltera?
La cama.
¿Qué palabra comienza con la letra C, termina con la letra O, es arrugado y todos lo tenemos atrás?
El director empieza a sudar frío...
El codo, profesora.
¿Y qué empieza con C tiene un hueco y yo se lo di a varias personas para que gozaran?
El director se tapa la cara...
Un CD.
El director, ya mareado de la presión les interrumpe y le dice a la profesora... Mire, póngame al carajito ese en sexto grado...
¡¡¡Yo mismo acabo de fallar todas las respuestas !!!